Quizás a riesgo de sonar con mi opinión abrasivo en la primera sala en lo que parece ser una presentación colectiva de diseñadores de calzado leoneses soy testigo de algunos de los zapatos más feos que he visto en mi vida, con diseños poco creativos, sobresaturados y presuntuosos.
No tardo más de 1 minuto en verlos todos, pero aun después de abandonar la sala sigo pensando en lo que he visto, pienso en que son los Jim Carrey de los zapatos, graciosos pero sin nada que ofrecer.
Paso a la sala 2 esperando ver más de lo mismo, pero no fue así, me encuentro con solo un zapato y un display “interactivo” que aunque falto de calidad, la idea es muy buena, el zapato no tanto, pregunto por qué ese zapato está en una sala para el solo y las otras garras las tenían juntas. Esperaba que la señorita me contestara que esos eran de la chusma, pero como es habitual eso no pasa y me dice que no sabe, me digo, “que mas”, de cualquier forma mis expectativas ya estaban bajas y muy asoleadas, sin marginar el secreto a voces que esconde el centro, así es, su fetidez.
Salgo riendo del lugar y creo que la encargada no comprendió por que encontré tan risible aquel lugar, que más da.
